Por: Edith Matias Paz:
Venus lanzó una bocanada de aire sobre la superficie cóncava. La pequeña esfera fue impulsada y empezó a rodar y rodar. El camino estaba libre; imposible chocar con nada. Rodó curva, rodó recta. Tanta libertad la avasallaba… y estalló. Entonces comencé a menstruar.