viernes, 9 de octubre de 2009

ALI SOMOS TODAS





Alí Somos Todas-Boletín de prensa

Alí Dessiré Cuevas Castrejón, estudiante de Letras Clásicas de la UNAM, poeta, feminista que formaba parte de una colectiva, estaba comprometida con todas las causas por un mundo más justo. Nació el 19 de septiembre de 1985, estaba por titularse y contaba en su haber con varios poemas publicados. Acababa de cumplir 24 años la mañana del 20 de septiembre pasado cuando, Osvaldo Morgan Colón, el hombre que supuestamente la amaba, quien fue su novio durante casi un año, le asestó 25 puñaladas en su cuerpo, y luego intentó suicidarse. Los testigos presenciales, quienes estaban aún en casa del asesino después de la fiesta de cumpleaños, llamaron a la ambulancia primero y a la policía después.

En este momento, el feminicida se encuentra en el Reclusorio Norte, donde se le dictará sentencia. Antes de que la policía llegara al lugar de los hechos, las y los reporteros gráficos de los diarios sensacionalistas arribaron con cámaras y tomaron fotos de los cuerpos, así como de los testigos presenciales, fotografías que fueron publicadas con notas inventadas por esos reporteros. Estas y estos reporteros gráficos obtuvieron la nota del día y pasaron por encima de la dignidad de Alí Cuevas a quien criminalizaron de haber iniciado una pelea. Por supuesto, los dichos de esos diarios amarillistas son sólo mentiras. Una vez más, ante el feminicidio, la criminalización de la víctima.

La manera en que Alí Cuevas murió es un feminicidio más y muestra cómo ninguna está fuera de peligro, ninguna sabe si el enemigo está en casa. El feminicidio es el asesinato de mujeres por el simple hecho de ser mujer. La violencia ejercida contra las mujeres forma parte de un hecho social y político de enorme impacto y trascendencia, no sólo en México, sino en el mundo entero, como parte de la educación sexista contra las mujeres, y que tiene incidencia también en el abuso a niñas y niños.

Al menos tres mujeres son asesinadas diariamente en el Estado de México, Veracruz, Chiapas, Guerrero, el DF, Chihuahua, Oaxaca, Sonora, Baja California y Morelos, respectivamente. Fuentes no oficiales indican que en los últimos 10 años han sido asesinadas por lo menos 10 mil mujeres en todo el país, muchas de ellas a manos de su pareja. Según datos del Servicio Médico Forense, del año 2004 al 2009 el Distrito Federal saltó del lugar séptimo al primero en el número de asesinatos de mujeres.

El feminicidio no debe quedarse sólo en cifras. Debemos denunciarlo como parte de una política de control contra las mujeres. La violencia contra las mujeres es una forma de control social. Además, la crisis económica y la inestabilidad política desatan la violencia y las principales víctimas son las mujeres.

Desgraciadamente la familia del asesino de Ali, ha comenzado una estrategia de defensa muy intensa. Durante este tiempo Osvaldo Morgan, habia tenido abogado de oficio, y se habia estipulado, porque lo que entiendo, un juicio sumario debido a la saña con que fue cometido el crimen, habia muchos agravantes. El abogado habia calculado que le podrian dan entre 30 y 40 años, de prision. ahora la familia contrato tres abogados, para defender a Morgan, y ya lograron que el tipo de juicio cambie, ahora va a ser más largo. Por otra parte y lo que es más grave, es que están argumentando homicidio culposo argumentando que el homicidio se debió a que Alí lo atacó y él solo se trato de defender; de seguir por ahí, la sentencia podría llegar a ser de 4 o 5 años de prision y con derecho a fianza. Es muy probable que la familia esté negociando y sobornando a los juzgados. Por otro lado, el hermano del asesino, Humberto Morgan Colón, fue diputado del PRD, asi que seguramente ya está metiendo las manos

Queremos que la memoria de Alí Cuevas no sea sólo una cifra, como no lo deben ser los asesinatos de mujeres. Queremos que la memoria de Alí Cuevas no sea una nota más de la prensa sensacionalista, como no lo deben ser los asesinatos de mujeres. Ni cifra, ni nota amarillista. El feminicidio es un asunto político y social.



El próximo 10 de febrero, en el marco de la Feria del Libro en el Zócalo capitalino, a partir de las 11 de la mañana, haremos una serie de actividades para denunciar estos hechos, para denunciar, una vez más, el feminicidio, porque basta ya.


Convocamos a que asistas a estas actividades en memoria de Alí, y en memoria de todas las asesinadas por el simple hecho de ser mujeres.


El amor no mata



El príncipe azul No existe, El macho violento SÍ



Si tocan a una nos tocan a todas



No estás sola… Denuncia

No permitas ninguna clase de violencia



NO MÁS VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES
Alí Somos Todas

alisomostodas@gmail.com

viernes, 11 de septiembre de 2009

11 DE SEPTIEMBRE


HOY 11 DE SEPTIEMBRE DE 2009, ANIVERSARIO DEL GOLPE DE ESTADO Y DE LA MUERTE DE ALLENDE, CHILE ESTÁ EN NUESTROS CORAZONES POR QUE:

1.- REPUDIAMOS LOS ASESINATOS, LA TORTURA, LA PERSECUCIÓN Y LA CRIMINALIZACIÓN AL PUEBLO MAPUCHE Y A LOS COMPAÑEROS Y COMPAÑERAS QUE APOYAN LA RESISTENCIA, BAJO EL GOBIERNO DE BACHELET

2.- LE DECIMOS A LAS COMPAÑERAS Y COMPAÑEROS DE LUCHA EN CHILE: NO ESTÁN SOLOS

3.- PORQUE AMÉRICA LATINA NO OLVIDA








jueves, 20 de agosto de 2009

Velada por Acteal

Foto AIDOH

En esta tierra de injusticia e impunidad
en esta tierra
donde kreen mandar los señores del dinero y sus kómplices
dónde se indemniza a paramilitares y no hay justicis frente al genocidio
mientras a kampesinos ke defienden a la madre tierra se les kondena a más de 100 años

decimos: ellos no mandan en nuestras konciencias ni en nuestros korazones
no gobiernan nuestra voluntad

en este lugar
hay otra tierra okulta
kon justicia y dignidad
ke levanta la frente
ke habla desde el korazón
y ke no olvida

somos
l@s otr@s
los ke vamos a konstruir otro mundo
otra tierra

NUNCA MAS ACTEAL
JUSTICIA
NO SOMOS COMPLICES DE LA VERGUENZA

velada para rekordar a nuestros hermanos de Acteal
este viernes, agosto21, 19:30 horas, Angel de la Independencia y de la Dignidad
lleva veladoras y flores

lunes, 10 de agosto de 2009

CINE DEBATE LESBICO

FUEGO

ESTE SÁBADO 15 DE AGOSTO A LAS 5 DE LA TARDE

Sin costo

(Si quieres puedes traer palomitas)

Llama para conocer nuestra dirección:

57596044 y 0445516790669

Película, debate, convivencia… Te esperamos.


Lunas, Lesbianas Feministas.
Mujeres cambiando al mundo.

...Rebeldes, insumisas, apasionadas...

lunasdec@yahoogrupos.com,mx



miércoles, 29 de julio de 2009


¿CUERPO DE MUJER?

Si he nacido con vulva, se me asigna el sexo femenino. Lo que, entre otras cosas, quiere decir que la formula cultural en la que habito, prospecta sobre mi cuerpo que en la edad adulta deberá ser delgado, cintura pequeña, caderas redondas, senos y nalgas definidos, piernas torneadas y, en general, que responda a las consignas estéticas mediáticas de hoy.

Pero, ¿De verdad es así el cuerpo femenino?
A primera vista todas las sujetas con este sexo, en efecto, tenemos senos, nalgas, vulva, cintura; pero, estos rasgos y sus formas naturales son tan variables como varía el número de sujetas existentes. Por ejemplo, ocurre muy frecuentemente, que mi cuerpo no se ha enterado de las sentencias que sobre él pesan y que cuando se desarrolle me convierta en una adulta de brazos o piernas demasiado musculosos; de estatura o peso mayor que el promedio; más fuerte que los hombres que me rodean; mi abdomen puede ser prominente, mis senos pequeños o inexistentes; o, simplemente, con alguna o algunas características que no corresponden al supuesto esperado. Entonces recibiré, seguramente, escarnio y señalamiento tanto en lo público como en lo privado. “Vieja fodonga” “Gorda” “Machorra”,”Plana”, por mencionar lo menos.

Se convierte así el cuerpo femenino en un instrumento moldeable, cuya función impuesta de agrado al otro no debe ser rota, bajo amenaza de padecer el estigma. Sin embargo, rara vez ocurre que todas correspondamos al modelo designado. La alimentación, el ejercicio o falta de él, los genes, el medio ambiente, la salud: nos someten, también, a sus propias tiranías, y a partir de ellas y de nuestra historia de vida es construido y, al mismo tiempo, construimos nuestro cuerpo.

Por supuesto que hay algunas, las menos, las de cuerpo lindo que arrebatan, queriéndolo o no, silbidos de varones, las que son lo que se esperaría que fuesen y son así por accidente y atributos de la naturaleza o porque se alimentan en forma sana, porque hacen ejercicios que deforman su cuerpo hacia lo deseable, o porque su actividad cotidiana les mantiene en un gasto de calorías y metabolismo que les ayudan a responder a dicho prototipo.

Hay otras, a las que la insatisfacción de no ser lo que socialmente es redituable las ha arrojado a alguna de esas torturas de lujosa Edad Media en donde se toma un cuerpo de mujer y se le amputa o implanta sustancias extrañas para quitarle costillas, grasa, senos, cadera, arrugas. Para agregarle senos, labios, nalgas o lo que se les pueda ocurrir. Y, si resulta que el modelito no es suficiente, la tortura se puede consumar de nuevo. Aunque también existen fajas, dietas, jabones, cremas y el sin número definido de maquiladores e igualadores estéticos a los que se someten. La salud o resistencia del cuerpo no importan. Lo que importa es cuán semejante a la norma resulte.

Un tercer grupo, que está en intercambio constante con el anterior, es el del otro cuerpo. El que no se quiere ver, ni en el propio espejo. El que no aparece ni en los espectaculares del periférico, ni en la TV, ni se describe en los cuentos como propiedad de la princesa encantada. El de las madres de familia que habitan en la calle donde vivo, el de la señora que vende tamales todas las mañanas. Es el que tiene 10, 15, 20 kilos de peso extras. Es el de mi amiga que por más que come no puede subir de los cuarenta kilos; el de mi otra amiga que no tiene glándulas mamarías; la que tiene caderas muy anchas; la que después del parto todavía no se ha recuperado; la que come por depresión, la que no come por depresión, las que nos llamamos gordas pero sanas, gordas pero felices, las que...la que... y haciendo cuentas, en este grupo caben, cabemos, más mujeres que en los dos anteriores y, haciendo recuentos en este grupo absolutamente todas hemos sido de una u otra forma sancionadas por la comunidad circundante o, incluso, autocensuradas por la forma y consistencia de nuestros cuerpos.
Haciendo reconocimientos, y sin disimular las envidias, cómo da rabia no ser la bella de la historia. Por ejemplo, a la que le dan el empleo sin mirar el curriculum, la que arrebata la mirada de la persona que nos acompaña, la que llama primero la atención, a la que atiende primero el gerente del banco.

Entonces, ¿El cuerpo femenino es ESO moldeable, utilizable y valorable en función a su silueta? ¿Sólo es esa cuestión de senos y nalgas y la forma en que ha de ser mirado por los otros?

Entonces, Desde que nacemos, ¿El cuerpo femenino no es propiedad de las sujetas si no de lo que culturalmente se hace y, a su vez, lo que ellas hacen con su cuerpos para responder a esas expectativas?

Es aquí en donde me atrevo a convocar otro cuerpo. Ese, el todavía menos visible. El que tampoco aparece en los medios ni en los cuentos de hadas y si se le nombra es en voz baja o a gritos para denostarle y sin embargo...

- Cuando era niña mi madre decía que no jugase con piedras ni tierra porque se harían toscas mis manos-.
- Decía mi abuela que no subiese a los árboles porque los brazos se me harían musculosos...como de hombre-.
- Que escalar era algo muy peligroso para las jovencitas-.
- Que no nadara o mi espalda se haría enorme, como la de los hombres-.
- Que no corriera, que no jugara fut-
- Que no cargara esas cajas-hierros-bultos-piedras o me pondría toda fuerte y fea-.
- Qué esos ejercicios-oficios-empleos no eran para mujeres-.

Pese a las advertencias, ellas jugaron con piedras, subieron árboles, escalaron, nadaron, corrieron, cargaron, construyeron casas, arreglaron autos, tallaron madera e hicieron todas esas cosas que no eran para mujeres.
Muchas veces fue por la apremiante necesidad económica, otras por gusto y algunas por reto, nada más. Efectivamente, sus manos se hicieron toscas, sus piernas robustas, sus brazos musculosos, o sus espaldas amplias y, en general, sus cuerpos fuertes.
Deportista o cargadora de bultos; obrera, o albañila, cualquiera que sea el oficio o historia de vida que haya construido el cuerpo robusto, grande.

No responden, ciertamente, al estandar que solicita el concurso Miss Universo, pero sus cuerpos son extraordinarios. No gráciles, ni manipulables, no vulnerables, ni frágiles y delgados. Y dicen tanto.

Dicen, por ejemplo, que la fuerza o la debilidad no tienen que ver con el sexo, si no con los cuerpos que alcanzan o no su desarrollo pleno.

Dicen, también, que belleza no es la cintura de avispa, ni la dieta mantenida desde pequeñas, ni languidecer únicamente jugando a las muñecas en donde el sol no oscurezca la piel.

Enseñan, y así quiero aprenderlo, que el cuerpo que puede corresponder al sexo femenino, no únicamente es aquel atrofiado por el molde de feminidad occidental.

Demuestran que el cuerpo del sexo femenino, puede ser, también, el que se estimula y ejercita, que se reta y esfuerza, aquel que se convierte en una escultura de fuerza y capacidad y que, además, no existen modelos a seguir porque cada cuerpo responde en distinta forma.

Y la maravilla, entonces, es que si bien la naturaleza nos dio características comunes a la mayoría de nosotras, éstas no tienen obligatoriamente que ser sometidas y mo
deladas al sueño lúbrico patriarcal, que existen otras maneras de construir nuestro propio cuerpo, modos que también son sanos y que también son modos de hermosura. Que existe otra forma y otras formas en que mi cuerpo es.
En fin, que el cuerpo femenino puede ser, también, un cuerpo que hable de poder.
Patricia Karina Vergara Sánchez
pakave@hotmail.com

SER O NO SER...¿Cómo me nombro?


¿Por qué ponerse la etiqueta de lesbiana? ¿Son necesarias las etiquetas? Si es un asunto de amor, de sexualidad, de condición humana, por qué preocuparnos de ponerle nombre ¿Necesito llamarme ese algo? Soy una mujer que ama a otra mujer y ya. Ese es el razonamiento de algunas de nosotras cuando iniciamos nuestros acercamientos al mundo lésbico. Sin embargo, Tal vez, cabría preguntarnos por qué existen necias ya sean activistas, estudiosas, académicas o políticas que insisten en solicitar nuestra definición.

La razón podría tener que ver con aquella vieja consigna feminista: Lo que no se nombra, no existe.

Si no me nombro, cómo puedo, incluso en el nivel de lo inmediato, relacionarme y encontrar a mis semejantes. Cómo podría pedir derechos, salud, reconocimiento ¿Para quién si no tengo nombre? O, en un segundo nivel; Cómo puedo hablar de mi, para mi y con mi propia voz si no soy capaz de decir: Soy.

¿Qué es, pues, ser lesbiana?
¿Es lo mismo que decir mujer homosexual o gay?

Tener contacto sexoafectivo con otra mujer no me convierte en lesbiana, pues tanto mujeres bisexuales como heterosexuales incurren en relaciones o períodos de prueba de su sexualidad.

Técnicamente, decir homosexual es referirse al ejercicio sexual con personas del mismo sexo y, coloquialmente, decir gay nos incluye en ese colectivo socialmente definido. Entonces, ¿Por qué, para designarnos, insistir en el termino lesbiana si a muchos y a muchas les incomoda, les resulta “fuerte”; si es una palabra que intranquiliza oídos y conciencias?

Al haber nacido con genitales femeninos no podemos sustraernos de la realidad socioeconómica que implica el género para las mujeres. Vivir la homosexualidad desde el cuerpo de varón –Sin menospreciar, por supuesto, lo complejo y significativo de la lucha de éstos- es vivirlo desde las condiciones particulares de lo masculino. En tanto; la homosexualidad desde un cuerpo femenino es hacerlo insertas en la cultura dominante que nos ubica entre aquellas sujetas con menos acceso a la educación, a políticas públicas, a formas de poder, a capacidad adquisitiva e incluso menos libertad de acción y movilidad. Por ejemplo, muchas jóvenes saben de lo difícil que aún hoy resulta algo que debería ser trivial como salir a encontrarse con información, lugares de convivencia o actividades sólo para lesbianas y librarse de la sujeción que la familia nuclear impone por su condición; mientras al varón en general se le impulsa para tomar las calles.

De este modo, no es lo mismo la homosexualidad para unos que para otras. Aun cuando son importantes las alianzas y el trabajo conjunto para objetivos concretos. Es conveniente establecer la diferencia y evitar la confusión con el discurso meramente homosexual, predominantemente masculino; para permitir hacer las necesidades lésbicas visibles e impostergables y no difusas en el maremoto de la diversidad como ya ha ocurrido en el muy reciente pasado.

En esta misma forma, el termino lesbiana resulta un ejercicio de distancia y reivindicación frente al imaginario colectivo de lo que implica el designar gay a una comunidad; en donde se le asocia, según dicho imaginario, con la cultura de los bares antros, series light de TV y objetos de consumo alrededor de una forma de establecer relaciones en lo sexual y en ocasiones en lo afectivo.

Finalmente, valdría la pena recordar que decir lesbiana es recurrir a un concepto lésbico feminista que nombra una práctica no solamente sexual o afectiva sino que posiciona a seres humanas que vulneran lo que hoy el mundo entiende por realidad. Se refiere a personas que no necesariamente se someten al rol de género asignado, en donde existen no en función y servicio del otro; si no por sí y para sí, construyendo su independencia en la dimensión de lo cotidiano. Pero, a un mismo tiempo, afectando y trasgrediendo la cultura de las naciones que habitan, creando fisuras importantes:
Rompiendo el papel que tradicionalmente se le ha asignado a la mujer; rompiendo con la noción de sexualidad obligatoriamente reproductiva; cuestionando los papeles concertados para las imposiciones de llamarse hombres o el llamarse mujeres; más allá: preguntando implícitamente si todas las otras formas de imposición, racial, religiosa, económica, política u otra no deberían poder verse desde otras perspectivas, distintas a las que la lógica hoy preponderante nos indica. Colaborando, entonces, la lesbiana, como ente político, a la transformación lenta, pero incansable del mundo hasta su otra forma posible.

Así, decir lesbiana es hablar de un concepto político que cuestiona, entre otras cosas, el orden social de dominaciones en todos sus modos; desmitifica la heterosexualidad obligatoria; que defiende el derecho al cuerpo propio y el derecho al placer y que transgrede el orden general establecido.
Sí. Elijo nombrarme lesbiana ¿y tú?

Patricia Karina Vergara Sánchez
pakave@hotmail.com